Entre los derechos humanos más ancestrales, quizás el más antiguo de todos es del derecho a la legítima defensa. En un mundo como el actual, lamentablemente violento en muchos contextos, la defensa propia o autodefensa cobra todavía una mayor relevancia. En Epuyén se enseña y practica defensa personal, específicamente Defensa Personal para Mujeres o Defensa Personal Femenina (autodefensa).
Pero hay que ser realista: desde la existencia de las armas de fuego, defenderse contra cualquier ataque es una utopía para el ciudadano moderno. Eso, contrariamente a lo que pudiera pensarse en principio y por varias razones, no quita valor a la defensa personal. ¿Qué sentido tiene entonces la defensa personal "marcial", sin armas, en el mundo moderno? Pasemos a explicarlo.
En primer lugar, la defensa personal sigue enseñándonos cuándo es posible defendernos y cuándo no. Es decir, saber cuándo tenemos una oportunidad y cuándo lo que parece una oportunidad es en realidad un riesgo que no debemos correr. Dicho de otra forma: cuándo podemos apostar para ganar y cuándo no conviene apostar, porque lo que podemos perder es insustituible (nuestra vida, la vida de un ser querido, etc.)
En segundo lugar, la defensa personal no trata solamente de los aspectos técnicos (es decir, cómo evitar un golpe, una cuchillada, etc.) sino, antes bien, de los aspectos tácticos y estratégicos. En resumidas cuentas, podemos decir que con defensa personal aprenderemos a anticiparnos a situaciones peligrosas y evitarlas, sin llegar al riesgo de tener que enfrentarnos a un ataque directo. Es decir, defensa personal, contrariamente al mito que muchos han difundido erróneamente, no significa aprender a pegarle a los demás, sino a evitar un ataque. ¿Y qué mejor forma y más eficiente forma de defendernos que lograr de antemano que un enfrentamiento no se produzca? Para ello, la estrategia nos dará una visión "amplia" y la táctica una visión de "intermedia", para poder anticiparnos y dominar acontecimientos potencialmente perjudiciales para nosotros.
En tercer lugar, la práctica de autodefensa nos dará confianza. Es decir, ni temeridad ni cobardía, confianza basada en el conocimiento que otorga la práctica constante. Esta confianza nos permitirá desenvolvernos mejor no solamente ante las situaciones peligrosas que se dan durante una agresión física, sino también a las que habitualmente nos enfrentamos en el trabajo o en la rutina diaria, en las cuales no hay que "pegar" sino buscar una solución que nos evite más problemas.
- Defensa Personal en Dragón del Sur Dojo Epuyén
Las clases de defensa personal en Dragón del Sur Dojo están impartidas por el profesor Federico Ferrero, 1er Dan de defensa personal, 2do Dan de Judo (Federación Española de Judo), 1er Dan de Karatedo (Federación Argentina de Karatedo) y 1er Dan de Aikido (Aikikai Hombu Dojo Japón). Su variada experiencia marcial le permiten tener una visión amplia de los posibles ataques y defensas existentes, y su formación específica en defensa personal, aplicar no sólo técnicas, sino también tácticas y estrategias para sortear problemas que no se limitan a las meras agresiones que uno puede sufrir en la calle.
Las clases específicas de Defensa Personal para Mujeres se entienden como un servicio para que el género femenino (mal llamado "sexo débil") pueda tener herramiéntas técnicas que le permitan defenderse de caso de acoso, violencia de género, maltratos, bulling y cualquier tipo de violencia, sin importar que el atacante sea más fuerte.